El lujo sustentable nace hace unos diez años, a partir de que las grandes marcas entendieron que las nuevas generaciones – sobre todo los millennials – quieren invertir en empresas que sean más sostenibles. Sus intereses en los efectos que esta industria genera en el mundo y sus demandas por vivir en un lugar mejor, hizo que el sector del lujo incorporara como nuevo propósito darle prioridad al medio ambiente y al impacto que las producciones industriales generan sobre la naturaleza.
Marcas como Stella McCartney que lanzó unas sus primeras prendas a base de cuero de hongos, como también es el caso de Gucci con el lanzamiento de sus gafas fabricadas con material ecológico basado en semillas de aceite de ricino; como Versace que le dijo “no” al uso de pelajes en sus colecciones.
El término “Slow Fashion” (moda sostenible) llegó como contrapartida al “Fast Fashion” o también conocida como moda industrial. El “Slow Fashion” no es una tendencia de temporada, sino una filosofía de consumo responsable de ropa. Su idea es educar a los consumidores sobre el impacto de las prendas en el medio ambiente, el agotamiento de recursos y el impacto de la industria textil en la sociedad. Este movimiento a favor del medio ambiente cuenta cada vez con más seguidores, pero sobre todo uno de los sectores que más se está acercando es el del Lujo.
